El candelabro de los siete brazos del templo de Salomón, uno de los símbolos más antíguos del Judaísmo, es robado y debe ser recuperado a cualquier precio. Diversos sucesos hacen que el candelabro pase de mano en mano alejándose cada vez más de sus dueños. En esa búsqueda se encuentran el sufrimiento y la perseverancia, en una historia en la que al impulso de la leyenda, el amor acaba siendo protagonista.