El texto se compone de cartas que evidencian el papel desempeñado por la orden católica en el paso a la madurez personal de Bécquer. Éstas implican doble viaje, uno físico que lo llevó a Madrid donde vivió de cerca la muerte y el otro simbólico que lo condujo a sueños de triunfo y gloria. Finalizando en una conformidad moderada con limitaciones en su existencia