En el tren Clarín cuenta una anécdota que le sucede al duque del Pergamino, un aristócrata que se se dispone a partir en tren hacia Biarritz pero en el reservado en el que viaja hay una mujer de luto y otro hombre, al principio se niega a compartir su reservado pero al final accede a hacerlo. El duque charla durante un rato con un militar sobre unos hombres que habían luchado y habían muerto en el frente. Al rato aparecen unos conocidos de la mujer y se echan a llorar, el duque muerto de curiosidad pregunta a la mujer que ocurre y le contesta que el hombre del que habían estado hablando y había muerto era su marido.