Un terremoto fue el causante de la formación de manantiales que resultaron ser benéficos para enfermedades diversas, en especial el tifo. D. Ángel de Alcocer, tísico que buscó los beneficios de aquel manantial resultó ser un gran amigo de los animales. Cierto día inexplicablemente se encarniza a golpes con un borrico, siendo D. Tomás el confidente de este acto repudiado.