La leyenda comienza con una cacería encabezada por el soberbio Don Fernando de Argensola. Este logra herir a un bello ciervo que aún herido huye velozmente de la persecución humana y canina. Don Fernando, ordena a sus hombres que no permitan que el animal cruce hacia la Fuente, el le responde que nadie se atreve a cruzar ese límite porque en esa fuente reside un espíritu maligno.
¿Qué espíritu habitará en esa laguna?, averigualo...