Es una obra poética íntima y fundacional del modernismo hispanoamericano. Dedicado a su hijo, el libro expresa el amor paterno desde la distancia del exilio, transformando la ausencia en versos de ternura y esperanza. Compuesto por poemas breves y simbólicos, utiliza un lenguaje novedoso, cargado de imágenes naturales y metáforas luminosas. La figura del hijo representa la pureza y el renacimiento frente a un mundo adulto corrompido. Martí rompe con la retórica del romanticismo y da paso a una lírica interior y moderna. Ismaelillo es, además de un canto afectivo, una obra de alta carga ética y estética. Su vigencia reside en la universalidad de sus emociones y su innovador estilo poético.