En este relato lleno de ironía y fe, Adela Zamudio presenta la figura de Fray Justo, un fraile venerado por su bondad y su aparente santidad. Entre confesiones, consejos y problemas conyugales, el religioso se ve envuelto en un milagro tan inesperado como humano: la paz doméstica de dos matrimonios en crisis. Con su característico ingenio y sensibilidad, Zamudio retrata las debilidades del alma y la necesidad de consuelo, invitando a reflexionar sobre los límites entre la virtud, la compasión y lo divino.