Cuenta la biografía de los primeros años de Sidarta, quien años más tarde sería conocido en todo el mundo por el Buda. Alcanzó, primero, un conocimiento de la naturaleza de la condición humana que conduciría a la salvación y, segundo, la certeza de que él mismo había alcanzado la liberación de los sufrimientos de esa condición. Siempre iba en la búsqueda de cómo despertar la iluminación; ya que no nació iluminado ni heredó la iluminación.