Aksenov era un comerciante ruso que fue enviado a prisión y desterrado a Siberia por un asesinato que no cometió. 26 años despúes de estar preso descubre al verdadero asesino que también llega a prision y le confiesa a Aksenov que él metió el cuchillo con el que cometió el asesinato en sus cosas, le pide perdón y ambos quedan en la cárcel, el culpable por su delito y el inocente porque ya no desea salir de allí habiendo ya fallecido su mujer y haber sido olvidado por sus hijos. La historia adopta la forma de una parábola sobre el perdón.