Con esta obra Kant se propone dotar a la metafísica de un método científico similar al que habían alcanzado las matemáticas y la física y que necesita para volver a ocupar su posición anterior como ciencia fundamental para la comprensión del universo. Una indagación trascendental acerca de las condiciones epistémicas del conocer humano, sobre si la metafísica puede ser considerada una ciencia. Kant no se limitó a formular una teoría del conocimiento científico; meditó asimismo con hondura y sagacidad en los temas de la conducta moral, de la religión y del arte, no menos que las exigencias políticas y pedagógicas, que iba reclamando ya en la vida contemporánea. Este autor llamó crítica a su doctrina. Su empeño fue enseñar a filosofar, no transmitir los principios de una filosofía hecha.