El autor plantea en esta síntesis de su pensamiento, que “el verdadero espíritu positivo consiste, ante todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será. Acota con vigor las concepciones comteanas y las enseña con total transparencia. Según Comte hay una gran distancia entre el fundador y los fundados. El positivismo casi convertido en una religión, ha hecho que llegue sobre todo, a nosotros jerarquizado y que se pierda toda la sustancia de la filosofía. Conviene volver a las fuentes vivas para entender que ha sido la filosofía, la fuente viva de todo.