Este libro está compuesto por dos cuentos: Khalil el hereje y El llanto de los sepulcros, En esta obra se rasgan las vestiduras de los obispos, quienes denuncia Gibrán, se aprovechan de los campesinos, explotándolos, y sin una paga justa. De alguna manera en esta obra el autor se opone a la forma en que la iglesia trabajaba su espiritualidad, aprovechando su poder.