En una aldea de pescadores vivía una mujer llamada Glicina, era muy hermosa, joven y llena de vida pero estéril. Fue visitada en la noche por un marinero con quien tuvo un idilio fugaz, pero que al despertar en la mañana se había marchado en su barco. Desde entonces Glicina era conocida como la viuda de la aldea. Pasado unos años, Glicina se encontró con tres pescadores diferentes que le advirtieron de la presencia de el Hipocampo de oro que aparecía al caer la noche. El extraño ser se le apareció a la mujer, después de hablar un rato hicieron un pacto.