Éste es un relato corto, que se adentra en la mente humana y nos quiere explicar, de la mano del protagonista que narra su propia historia, los impulsos incontrolables que puede sufrir un asesino, primero a consumar un crimen meticulosamente meditado y preparado, luego a confesarlo a los cuatro vientos quizá para desterrar de su mente la culpa que le corroe. De ahí el título, la perversidad que hace que te apetezca hacer aquello prohibido, aquello que sabes que no es correcto, que no se debe hacer.