El relato comienza con el reciente casamiento de la pareja de esposos cuya luna de miel sería de dicha y felicidad en un espacio de tres meses, al cabo de ese tiempo, Alicia contrajo una enfermedad que los médicos no podían encontrar explicación ni causa alguna, la misma que fue agravando paulatinamente la salud del personaje hasta, finalmente, fallecer. Después del deceso de la joven esposa la sirvienta descubre que en el almohadón donde recostaba su frágil cabeza, Alicia era succionada día a día, noche a noche, por un animal monstruoso que iba acabándole la sangre y extinguiéndole la vida.