Un bandolero valenciano con muchos asesinatos a sus espaldas, se ha especializado en retirar de en medio a los enemigos políticos de don José, el “eterno representante del distrito”. El bandolero, transformado por los años en un patriarca, es disculpado por el clero y protegido por don José. Esta amistad se rompe cuando el roder, cansado de suplicarle al don José que le consiga un indulto para poder retirarse a disfrutar de la vejez con su familia, llega hasta el punto de amenazarlo: entonces, don José hace que la guardia civil le tienda una emboscada y lo fusile sin proceso ninguno en un naranjal.