Había una vez un niño llamado Iván y vivía en la peor ciudad del mundo. El tránsito era lo peor, había gritos e insultos por todas partes, los gerentes peleaban con sus empleados, los maestros castigaban a los estudiantes por cualquier cosa. El olor y los gases eran la razón por lo que todos usaban tapabocas y su vecino comía grasas, dulces y nunca verduras, por eso era tan gordo. El amigo de Iván, Steve, no iba a la escuela porque sus padres peleaban tanto que no podía salir de su casa. Pero Iván podía jugar videojuegos con él, aunque estuvieran separados.