Obra en que arremete contra un tipo de obras escritas con un estilo que la autora denomina de “artimaña y confección”, una serie de novelas (perpretadas por autoras con muy poco o nulo talento) que contribuyeron a crear una imagen muy negativa de las mujeres dedicadas a tareas literarias; docenas de señoras y señoritas convencidas de un don para la escritura unido a una erudición que, en la mayoría de los casos, no era sino pura fachada.