Un arrogante, soberbio y perverso príncipe tenía como ambición conquistar todos los países de la tierra y hacer que su nombre inspirase terror. Sus tropas pisoteaban los campos e incendiaban las casas de los labriegos. Su poder aumentaba de día en día, pero quería ser más grande y para eso tenía que vencer a Dios, en esa lucha se encontró con un enemigo impensado.