La suerte llega a nuestras vidas de muchas maneras, momentos y cantidades, incluso puede llegar una sola vez en la vida, pero de que la experimentamos es una certeza. Esta es la historia de un hombre que nació y creció en la pobreza pero su suerte cambia gracias a un palito... si, un palo de peras que las únicas frutas que arrojaba fueron las que el tornero moldeaba con los palos del árbol, y que lo llevaron a formar una gran empresa gracias a una sobrilla vieja.