En un cuarto de los niños lleno de juguetes, se hallaba en lo más alto del armario una hucha; era de arcilla y tenía figura de cerdo, con una rendija en la espalda, para que pudiesen introducir plata. El cerdito-hucha estaba tan lleno. Una noche uno de los muñecos propone jugar a las personas, a la media noche empieza la fiesta, cada juguete tiene su propia participación, cerdo-hucha disfrutó a su manera. Se divirtió tanto que esa noche le sucedió algo inesperado.