Un niño que se había resfriado, para curarlo su madre le preparara una taza de té de sauco. Un anciano que vivía en el segundo piso le empieza a narrar un cuento, en ese preciso instante la tapa de la tetera se levanta y de su interior brotan hojas de sauco que se fueron convirtiendo en grandes y largas ramas, creciendo sin parar. El árbol de sauco se extendió por toda la estancia y finalmente, apareció en el centro, una anciana misteriosa. Sumergiendo al niño en una fantástica historia.